miércoles, 31 de octubre de 2012

Buscando acomodo

Mi  cuello se tensa. Me fragmento y sufro el desgarre de las decisiones. Adjuntas, esa celebración tan sosegada que ocurrirá en la casa de mis padres, me hala. Que poderosa, la intención de la gente cuando se conoce, se quiere y  confían los unos en los otros. Esto ocurre porque se saben muchos y se siente uno.
El triunfo es del corazón de gente con  raíces bien plantadas; de gente que  agradece el canto de aquellos  pájaros,  mensajeros de sus antepasados.
Hoy quisiera estar allí y celebrar con ellos y abrazar a mis padres. Hubiera sido hermoso, pero estoy aquí. La casa descansa del paso de los días agitados de octubre, Kiara está en el torneo del Perpetuo Socorro y no debe quedarse esta noche con su otra abuela, Damian, nos invito a aventurarnos. Mientras tanto Jorge ronca, despoblando su interior de recuerdos que dejaron, demasiadas noches de ausencia.
Me siento detenida en un espacio ancho y profundo como los orígenes mismos de las ideas. Creo que a esto nos referimos cuando hablamos de incertidumbre. La conciencia vaga buscando, referentes que  me ubiquen en el centro de la Haddys que escogido ser.  
Estoy cansada. Merezco descansar.
Mi cuello se tensa. Me fragmento y sufro el desgarre de las decisiones. Adjuntas, esa celebración tan sosegada que ocurrirá en la casa de mis padres, me hala. Que poderosa, la intención de la gente cuando se conoce, se quiere y  confían los unos en los otros. Esto ocurre porque se saben muchos y se siente uno.
El triunfo es del corazón de gente con  raíces bien plantadas; de gente que  agradece el canto de aquellos  pájaros,  mensajeros de sus antepasados.
Hoy quisiera estar allí y celebrar con ellos y abrazar a mis padres. Hubiera sido hermoso, pero estoy aquí. La casa descansa del paso de los días agitados de octubre, Kiara está en el torneo del Perpetuo Socorro y no debe quedarse esta noche con su otra abuela, Damian, nos invito a aventurarnos. Mientras tanto Jorge ronca, despoblando su interior de recuerdos que dejaron, demasiadas noches de ausencia.
Me siento detenida en un espacio ancho y profundo como los orígenes mismos de las ideas. Creo que a esto nos referimos cuando hablamos de incertidumbre. La conciencia vaga buscando, referentes que  me ubiquen en el centro de la Haddys que escogido ser.  
Estoy cansada. Merezco descansar.

domingo, 21 de octubre de 2012

Domingo puenteando

Miro la media luna de mi uña; la del dedo grande de mi mano. Me detengo en ella y suspiro como lo he hecho todas estas noches. Recuerdo a Enrique y su paso por mi vida ;la herencia que dejó en mis tardes , y en tantos de mis días.
 " Lleva una estrella en la frente, y se te parece" me dijo pero no mire ese resplandor. Voltee la cabeza hasta dar con la incongruencia y la  desvalidez :  con aquellos ojos y aquellas  ganas de perderse en los insospechados abismos de una joven conciencia. Accedí al llamado del  precipicio; me lanze al vacío creyendo. Accedí  a que el absurdo se apoderara de casi todos los escondites de mi arcadia. Un rincón lo reservé para las noches de lágrimas.
He inventado una realidad casi perfecta. Morel hubiese querido conocerme. Habríamos compartido fantasmas y yo le hubiese señalado hacia donde seguir hasta encontrarlos.. Todos los personajes de las historias que aun no he escrito, han confabulado contra mi. Soy  invento de mis   sueños, de mis cuentos, de mis fantasías. No en valde me pierdo.  Esta noche de catarsis coincide con esa luna creciente y todos esos  fantasmas que  andan sueltos.   Bailo con ellos.

viernes, 5 de octubre de 2012

Faltan ramas

Me hacen falta ese árbol que cortaron y esas ramas  que cortaron en los otros dos. Metáfora de un octubre confundido.
Hace días que las palomas vuelan sin rumbo, echando de menos las mullidas copas. Hace días que ando yo también buscando donde posarme.
San Juan está desparramado y ese sentimiento ambiguo  y de  impotencia que lo estremece, no se quiere alejar.Un gran ruido se ha adueñado de sus calles y yo desde aquí, en este rincón donde  escapaba entre la sombra de los tres amigos , he quedado  al descubierto.
El edificio que era verde pálido, pero verde, ha sido pintado de blanco y de gris y la ausencia de mi amigo, el mas frondoso, da paso a una claridad inmisericorde que hace vulnerable mi secretividad.
No ha sido hasta estos días, en que he perdido a los complices de mi guarida, que me he sentido tan triste; tan desamparada. !Qué diferencia hacían las ramas acercándose al balcón, dibujando sus sombras en las pequeñas paredes; susurrándome tantos misterios!
Creo que es un presagio, un aviso para que prepare el hatillo. Yo sin árboles no respiro, no sueño, no sonrío.
Esta noche me siento mas sola que nunca. Es viernes y la silla en mi balcón ya no es la misma.